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“Los médicos me decían que estaba equivocada, pero yo lo supe desde que nació”

Esta arriateña es la mamá de Antonio.  // CharryTV

Esta arriateña es la mamá de Antonio. // CharryTV

Salomé asegura que sintió una liberación cuando le confirmaron el Síndrome de Down de su hijo y enseguida contactó con ASIDOSER

22 Mar 2024 - 11:17 // Charry TV Noticias

Paloma González

El Síndrome de Down es una afección fácil de detectar en la actualidad durante el embarazo gracias a práctica de una serie de pruebas que se suelen realizar durante el primer trimestre de gestación.
Sin embargo, hay casos que no se han confirmado hasta el nacimiento del bebé o varios meses después de su llegada al mundo.

Un ejemplo es el de Antonio. Tiene 8 años y vive en Arriate. Su madre, Salomé Luna nos cuenta que a ella no le comunicaron que existía una posibilidad durante el embarazo. Es más, les médicos incluso llegaron a negar lo que para la madre era evidente.

“Yo sabía que algo no estaba bien porque los ojitos de Antonio no encajaban con nadie de la familia, pero me decían que no, que yo estaba equivocada y que lo iba a meter en un mundo desconocido, que nada tenía que ver con él”, asegura.

Ahora es evidente que se equivocaban. Salomé volvió a solicitar el cariotipo y al confirmar sus sospechas sintió una gran liberación.

“Sentí que me habían quitado una mochila con un peso enorme de encima porque ya tenía respuestas certeras. Se despejaron mis dudas, aunque no recibí mucha ayuda sobre cómo actuar o qué hacer. Para mí fue empezar en un mundo nuevo y enseguida contacté con ASIDOSER”, explica.

Gracias a esta asociación rondeña Salomé puedo conocer a otros familiares que estaban pasando o habían vivido una situación parecida. Además, está muy agradecida con el trabajo que han venido realizando las profesionales de ASIDOSER con su hijo.

“Es un niño completamente normal. Tiene dos hermanos mayores de 20 y 10 años y siempre les decimos que si tienen algún tipo de duda respecto a su hermano, nos lo pregunten a su padre o a mí, a nadie más, porque cada niño es un mundo, tenga o no Síndrome de Down”.

Antonio está finalizando sus deberes de inglés en las instalaciones de la asociación y en cuanto acabe asistirá a sus clases de kárate.

Antes de despedirnos, Salomé hace una última reflexión: “Es lo mejor que me ha pasado. No te imaginas la ternura, la calma, la paz y la seguridad que me transmite. Yo no cambio a mi Antonio por nada ni por nadie en el mundo”.

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