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Antonio Jesús Guerrero, el niño de diez años que quita la basura del campo

Al pequeño le indigna que la gente tire las latas o las botellas al carril // P. González

El rondeño aprovecha la visita a sus abuelos para limpiar el camino de la Fuente Don Pedro y dar ejemplo a todos los vecinos

Paloma González

“Estamos muy orgullosos de él”, aseguran los abuelos de Antonio Jesús Guerrero, un joven rondeño de apenas diez años que se ha propuesto quitar toda la basura que se va acumulando en el camino de acceso a la casa de sus abuelos junto a la Fuente Don Pedro, en el Llano de la Cruz.

El joven es un gran amante de los animales. “De mayor, quiero ser veterinario”, asegura. Es por ello que disfruta muchísimo cuando sus padres le llevan a la casa del campo, donde tienen caballos, un conejo, perros y gatos. “Le hemos dicho que ya no podemos tener más, pero yo quiero comprarle un poni”, confiesa Antonio, el abuelo.

Al pequeño le encanta la naturaleza y sabe lo importante que es para los animales. Sin embargo, parece que no todos los adultos son tan conscientes de ello, ya que a diario van dejando residuos por todo el camino. “Aquí vive gente, pero también pasan muchas personas todos los días para hacer deporte y gente joven que tira las latas o las botellas al suelo sin pensar que puede ser perjudicial”, explica el abuelo.

Este hecho se suma a la falta de mantenimiento y limpieza que hay en esta zona del término municipal de Ronda: “Esto está un poco dejado y creo que todo el mundo debería saber quién es la persona que limpia el carril. No lo hace el Ayuntamiento. Aquí no viene nadie. Lo hace él”, añade Antonio.

El nieto lo tiene claro: “Es muy importante que limpiemos el medio ambiente porque si no después vamos a acabar muy mal”. De esta forma, cada vez que puede coge su bolsa de basura y va depositando en ella todas las botellas o plásticos que se va encontrando en la zona.

Este martes, sin embargo, ha decidido que unos metros no son suficientes y, acompañado de Antonio y María, han repasado todo el carril, de un kilómetro de distancia aproximadamente, y han llenado tres grandes sacos de basura.

“Me parece extraordinario que un niño tan pequeño se lo tome tan en serio”, expresa su abuela. Antonio Jesús asegura que le da mucha pena ver el campo así, con tantos residuos, por eso afirma con rotundidad: “Yo no necesito ayuda, pero sí me gustaría que la gente limpiase la zona”. Una gran lección de un pequeño ciudadano.