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“Con 16 años sabía que quería ser agricultor, pero me fui al mundo empresarial y, al final, llegué al vino”

Martin Kieninger en las instalaciones de su bodega, para esta entrevista con Canal Charry. // CharryTV

Martin Kieninger en las instalaciones de su bodega, para esta entrevista con Canal Charry. // CharryTV

Martin Kieninger, al frente de Bodegas Kieninger, ha sido galardonado con uno de los Premios Joan Hunt, por Cudeca y la Diputación, que ponen en valor la contribución de residentes extranjeros al desarrollo de la provincia

01 Aug 2023 - 15:58 // Charry TV Noticias

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Los vinos que en la actualidad produce esta bodega, que cultiva un total de nueve variedades. // CharryTV
Los vinos que en la actualidad produce esta bodega, que cultiva un total de nueve variedades. // CharryTV

Los vinos de Martin Kieninger acumulan numerosos premios.  // CharryTV
Los vinos de Martin Kieninger acumulan numerosos premios. // CharryTV

El austriaco Martin Kieninger llegó a Ronda hace 25 años. Primero trabajó como arquitecto, pero pronto la herencia de su familia materna, ligada a la agricultura, afloró y decidió dedicarse al cultivo de la vid y a elaborar vino. Ha recibido recientemente uno de los Premio Joan Hunt que entregan Cudeca y la Diputación Provincial de Málaga para poner en valor la contribución de residentes extranjeros al desarrollo de la provincia.

- ¿Cómo ha recibido este premio?
- Para mí es un honor, me he alegrado mucho, lo veo como un reconocimiento, ya que parece que estamos haciendo las cosas bien. También he indagado mucho en el proyecto de Joan Hunt y me gusta lo que montó para la gente en los últimos momentos de su vida, con tanta entrega y tanto corazón.
- ¿Cómo llegó a Ronda?
- Soy austriaco, nací en 1960 y llegué a España ahora hace 25 años, en 1998.
- ¿Cómo nace la bodega?
- Poco a poco. Al principio tenía un pequeño despacho de arquitectura sostenible en Ronda y paralelamente empecé a plantar vid como un hobbie en este terreno que tengo en el Llano de la Cruz. En 2007 y 2008, con la crisis inmobiliaria, cerré el despacho y me dediqué al vino. Al principio plantamos una hectárea y luego alguna más y hoy en día tenemos 3,6.
- ¿Cuántas botellas produce anualmente?
- En torno a 16.000. Tenemos tres líneas de variedades: francesas, españolas y austriacas. Para una bodega tan pequeña tener nueve variedades… Está bastante bien. Tenemos tres vinos de crianza o reserva, un joven, un rosado y un blanco y de vez en cuando sacamos un monovarietal.
- ¿Cómo definiría sus vinos?
- Cada uno de nuestros vinos es un mundo. Nuestro terreno aporta muy buena acidez y casi todos tienen ese toque fresco.
- ¿Dónde se venden?
- Una parte en la bodega, a los visitantes que vienen; y otra en Ronda. Luego tenemos distribuidores en la Costa del Sol, en Reino Unido, en Holanda y en Bélgica. Y mi hijo también vende en Austria.
- ¿Pensó en algún momento que se iba a dedicar al vino?
- Esto se ha desarrollado poco a poco. Realmente, el primer impulso fue otro bodeguero en Ronda, Federico Schatz. Lo visité a menudo y me fascinó como é llevaba su bodega. Yo estaba buscando qué hacer con el terreno y como tengo el corazón de agricultor, empecé a hacer vino… Pensé dedicarlo a plantas medicinales o dejarlo como un gran bosque, pero al final llegué al vino.
- Ha dicho que tiene corazón de agricultor…
- Sí, por el lado materno de la familia, que siempre ha sido agricultor. De niño pasé mucho tiempo en la granja y con 16 años quería ser agricultor, pero mi padre tenía empresas de consultoría y me tuve que ir a la empresa y al final llegué al vino.
- ¿Hace enoturismo?
- Sí, lo hacemos directamente mi pareja Araceli y yo, con un ayudante. Este año ha sido maravilloso, está aumentando mucho y es un factor económico importante para la bodega. Vienen americanos, canadienses, belgas… Aunque depende de la agencia con la que trabajemos.
 

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