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“Ijet Aviation ha sido el trampolín de otros pilotos rondeños”

Javier Barriga // Jairo García

Entrevista al rondeño Javier Barriga, piloto y CEO de la empresa de vuelos privados Ijet Aviation

Paloma González 

Son las 8.00 de la mañana. Cogemos el coche y nos desplazamos hasta la capital de la provincia, concretamente hasta la terminal de aviación ejecutiva del aeropuerto de Málaga. El rondeño Javier Barriga nos ha citado aquí a las 10.00 para que conozcamos su empresa, Ijet Aviation. Nos ponemos la mascarilla y pasamos el control de seguridad. En la pista nos espera Barriga para acompañarnos hasta uno de los hangares de esta compañía de vuelos privados.

Este rondeño asegura que su interés por la aviación le acompaña desde que tiene uso de razón: “Siempre me han gustado los aviones. De hecho, tenía en casa muchas maquetas. Lo que mis padres no esperaban es que al cumplir los 18 años les dijera que quería ser piloto. Además, en aquella época, en 1992, no era tan fácil acceder a la aviación y había que formarse por fases”.

La primera es la titulación de piloto privado; la segunda, la de vuelos comerciales y, finalmente, la de líneas aéreas. “Esto ha cambiado. En la actualidad, el piloto sale de la escuela preparado para trabajar con una compañía en el traslado de pasajeros”.

Javier recuerda aquellos primeros trabajos en los que sobrevolaba las playas con carteles publicitarios o cuando pilotaba para facilitar el trasplante de órganos: “Llevábamos a bordo a un equipo médico y acudíamos al lugar donde estuviera el donante para extraerlo e implantarlo en el menor tiempo posible. Llegamos, incluso, a batir el récord de 300 trasplantes en un año en el Hospital de Sevilla “.

Barriga nos asegura que todos los pilotos sueñan con un Airbus A320. Sin embargo, una vez alcanzada esa meta, se dio cuenta que no era lo que más le llenaba: “Di un paso atrás después de un año porque me di cuenta de que no me gustaba tanto. Era demasiado rutinario y disfrutaba más con la aviación relacionada con los negocios. Fue así como nació Ijet Aviation. Nos reunimos unos cuantos amigos y creamos nuestra propia compañía aérea”.

Ya han pasado siete años desde entonces y la empresa no ha parado de crecer. Actualmente cuentan con una flota de seis aviones: varios CJ1 y CJ3 para viajar por Europa y con capacidad para 8 personas, otros de medio radio para destinos más alejados, como el sur de África, y aviones mucho más grandes para vuelos transoceánicos.

Sus clientes son grandes empresarios que eligen este tipo de transporte por ser el más rápido. “Son personas muy ocupadas, con reuniones en muchas partes del mundo que quieren optimizar al máximo su tiempo”.

También hay clientes con un poder adquisitivo alto que deciden viajar por ocio y optar por el avión privado por una simple cuestión de comodidad, aunque son los menos. Por supuesto, en la agenda también aparecen nombres de futbolistas o actores famosos, pero no pueden ser desvelados por una cuestión de confidencialidad. “Esta es otra de las razones por las que contactan con nosotros, porque saben que vamos a respetar su privacidad”, apunta.

La pandemia también ha disparado la demanda de vuelos privados a pesar de su alto coste. Un vuelo a París, por ejemplo, de ida y vuelta supondría un desembolso de casi 12.000 euros. A Nueva York, se eleva hasta los 80.000 euros. Además, el conflicto bélico en Ucrania también está repercutiendo de manera negativa a la hora de fijar los precios, ya que está subiendo el precio de la electricidad y los carburantes. También porque tienen clientes de Rusia que ya no pueden ir al estar restringido el espacio aéreo.

En cualquier caso, Barriga afirma que Ijet Aviation se encuentra en plena expansión y se siente muy orgulloso de la evolución que está teniendo el negocio ya que, además de ofrecer vuelos privados, también cuentan con otros servicios:

“Hay clientes que ya tienen sus propios aviones pero nosotros nos encargamos de su mantenimiento y su puesta a punto para que no se tenga que preocupar de nada. Incluso les ofrecemos la posibilidad de rentabilizar la inversión que han hecho y minimizar los costes fijos, que son altísimos, alquilando ese avión. Nosotros nos encargamos de hacer también esa gestión, desde conseguir la tripulación hasta garantizar que el vehículo quede impecable cuando vuelva a ser utilizado por el propietario”.

La empresa de Javier Barriga es internacional, por lo que puede operar en cualquier parte del mundo, aunque reconoce que siente una especial predilección por África: “Es un continente que está aquí al lado, pero su cultura es completamente distinta”.

En este sentido, el rondeño recuerda una anécdota a su llegada a Conakri, en Guinea: “Cuando aterrizamos nos dijeron que nos querían regalar mangos. Creíamos que iba a ser una caja, pero no. Un señor cogió una vara y bajó los magos del árbol que teníamos justo al lado del avión en la pista”.

Barriga también siente una gran satisfacción por haber podido ayudar a varios rondeños a cumplir su sueño de ser pilotos: “Hemos tenido unos cuantos que han estado con nosotros un par de años para ganar en experiencia como comandantes y ahora forman parte de Fly Emirates o Air Europa. Si te digo la verdad, cuando llegan los currículums y veo que es alguien de Ronda o de la Serranía, lo miro con más cariño”.

Aunque ahora pasa más tiempo en los despachos que sobre el aire, Barriga no ha dejado de pilotar. En primer lugar, porque le exigen unas horas mínimas de vuelo para mantener la licencia; y, en segundo lugar, porque ha descubierto una gran satisfacción por los paseos en avionetas. Lo que también tiene claro es que ama a su ciudad y no va a dejar de recomendarla a sus clientes: “Les digo que la vista del Tajo es espectacular. No les miento”.