Ronda > Sociedad

Antonio Pérez y el bar La Giralda, historia de Ronda

La Giralda fue el primer establecimiento de Ronda, en incorporar la cerveza de barril, siempre conocida por lo fría y lo bien servida que era presentada al cliente // CharryTV

A sus 90 años, este ilustre hostelero recuerda con emoción aquella época en la que calmó la sed de sus paisanos en ese afamado establecimiento que se situaba en calle Nueva

Alejandro Portillo

Cicerón decía: “No hay nada más querido para un hombre que la sabiduría, y aunque la edad nos quita todo lo demás, sin duda nos trae eso”. A sus 90 años, Antonio Pérez recuerda con nostalgia y alegría esos años, en los que a su casa iban a por la copita de vino y por la cerveza.

La Giralda fue el primer establecimiento de Ronda, en incorporar la cerveza de barril, siempre conocida por lo fría y lo bien servida que era presentada al cliente. Este lugar comenzó como una bodega y fue pionero en diversas costumbres desconocidas en la hostelería de aquella época.

Trabajador incansable, cuenta lo sacrificado que era el oficio en aquella época, muy diferente a la actualidad, cuando los servicios y las horas de trabajo eran interminables. Recuerda esa primera corrida goyesca del año 1954. Un cartel formado por Antonio Bienvenida, Cayetano Ordóñez y César Girón y cómo el establecimiento afrontaba esas tardes de toros.

Con el paso de los años y con la consolidación del sábado de goyesca en nuestra ciudad, el local esperaba con entusiasmo ese día ya que, como cuenta Antonio, hubo años en los que las ventas fueron tan beneficiosas que se gastaron casi una veintena de barriles de cerveza.

Una persona con una memoria prodigiosa, la cual aún es capaz de desgranar todos los locales y comercios que antiguamente se encontraban en los tramos de la calle de la bola, la calle de las tiendas o en la plaza España.

La historia de Antonio es un verdadero tributo a la memoria viva de Ronda y a la sabiduría que solo los años pueden otorgar. Desde su juventud, este rondeño ha vivido una vida llena de experiencias que trascienden el tiempo, ancladas en un pasado que aún late fuerte en su memoria.

El bar La Giralda, ese mítico lugar donde tanto rondeños como visitantes encontraron refresco y un espacio de disfrute, es el símbolo de entrega a su oficio. Su capacidad para recordar con detalle los antiguos locales de las calles emblemáticas de Ronda y los comerciantes de antaño, refleja una vida enraizada en la historia local, una que ha dejado huella en generaciones.

Además de ser un grande en su oficio, abrió las puertas a nuevas costumbres sociales, como la entrada de la mujer en los establecimientos hosteleros, ya que ellas también sentían el cariño y la confianza de su dueño en una época en la que el hábito de ir a los bares era solamente practicado por hombres.

Su nieto Alejandro subraya con orgullo y admiración los valores que su abuelo le ha transmitido, mostrando la conexión entre generaciones y cómo las historias, a través de los abuelos, permanecen vivas en el corazón de los que las escuchan.

Antonio Pérez no es solo un testimonio de la historia de Ronda, sino también un faro de sabiduría, cuya vida y recuerdos seguirán siendo una fuente de inspiración para todos los que tienen el privilegio de conocerlo. La edad trae consigo la sabiduría, y Antonio es un vivo ejemplo de ello.