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El Miércoles Santo arranca con el fervor y la esperanza de la Hermandad de La Columna

La Virgen de la Esperanza, en su salida desde la iglesia de San Cristóbal // CharryTV

La Novia de Ronda ha procesionado por primera vez con un vestido verde

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La Hermandad de La Columna ha vuelto a brillar en el Miércoles Santo rondeño en su estación penitencial, protagonizada por el desgarro de Nuestro Padre Jesús en la Columna y María Santísima de la Esperanza.

La barriada de San Cristóbal esperaba como cada año para ver a la hermandad en la calle, con balcones engalanados y pétalos de flores para una de las cofradías más numerosas de la ciudad.

Casi 900 hermanos han dado muestras de la devoción a la Novia de Ronda y al Señor procesionando en la tarde noche de un Miércoles Santo que volverá a quedar para el recuerdo de esta populosa Hermandad.

La junta de gobierno ha guardado con celo el hecho de la presencia por primera vez en el cortejo de un penitente con hábito negro y capirote verde que ha portado una cruz negra durante el recorrido.

Entre las novedades de este año ha destacado el vestido de la Esperanza, que por primera vez ha procesionado de color verde. Además, su prioste Miguel Ángel Ríos ha optado por ponerle unos fabulosos pendientes y un nuevo puñal, ambos enseres donados por hermanos y con un gran valor sentimental.

Como caracteriza a la Hermandad, el trono de la Esperanza ha sido exornado con flores blancas, mientras que el del Señor ha estado adornado con tonos rojos y morados.

Por otra parte, la junta ha tenido a bien modificar el emplazamiento de la oración que tradicionalmente se rezaba en la salida de la estación penitencial, junto a los toldos. En esta ocasión, se ha elegido la plaza de la Esperanza para este emotivo momento.

Una vez más la Hermandad de La Columna ha confiado en las bandas rondeñas para el acompañamiento musical. Tras el Misterio ha ido la Banda de Música Aureliano del Real y, tras el palio, la Banda Arunda.

Esta es la última estación penitencial para Alfonso García como Hermano Mayor, quien en sus ocho años en el cargo ha sabido mimar el patrimonio más importante de la hermandad, el humano.