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Alumnos del IES Martín Rivero solicitan el regreso al centro de Carmen Valencia

Los alumnos despidieron a Carmen con pancartas el pasado jueves. // CharryTV

Representantes de la comunidad educativa nos cuentan cómo han despedido con cariño y pena a la que ha sido su conserje durante siete años

Paloma González

“Queremos transmitir nuestro sentir y el de nuestra comunidad educativa en general en cuanto al despido de Carmen Valencia, nuestra conserje durante siete años”. Jairo Carrasco es alumno de 4º de ESO del IES Martín Rivero.

Junto a otros compañeros, han querido compartir el sentimiento de pena e impotencia que existe entre el alumnado del instituto rondeño tras el despido de la que, dicen, ha sido casi una madre para todos ellos.

Carmen Valencia ha ejercido como conserje durante siete años, pero no contaba con una plaza fija que ya ha cubierto otra persona. “Según sabemos, Carmen fue informada de forma precipitada de su despido el lunes 3 de marzo y el jueves 6 fue su último día en el centro. Nos resulta llamativo que lo precipitado de esta decisión no se corresponda con una sustitución igual de rápida”, añade Jairo.

Estos alumnos no dudan de la legalidad del proceso, pero consideran que Carme es una trabajadora ejemplar. Un aspecto que, dicen, también se debería tener más en cuenta:

“Creemos que Carmen es una persona fundamental que desempeña su labor de manera impecable y pensamos que su cese perjudica gravemente el día a día del instituto. Carmen se ocupa de la zona 1, que es la del alumnado de 1º y 2º de ESO y también de las aulas específicas, que son el alumnado más vulnerable del centro. Su implicación y su cercanía son dignas de admiración”, explica María Esther Durán.

Estos jóvenes no se han quedado de brazos cruzados y han recogido 750 firmas de familias, profesorado y personal no docente y estudiantes que se han remitido de forma oficial a la Delegación de Educación de Málaga. “Nos gustaría que la Administración revisase este caso y nos diese una solución favorable”, añade Mario Rojas.

“Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para intentar que vuelva. Aunque nada de esto tenga mucho efecto, al menos que se quede con el cariño y que le sirva para encontrar otro trabajo porque se lo merece”, insiste Jairo.

Parte del alumnado y de los profesores ya se despidieron de ella durante su último día en el centro, entre lágrimas, abrazos y pancartas. “Es la mejor conserje que he tenido en la vida. La echo mucho de menos porque la quiero mucho. Espero volver a verla pronto; si no es aquí, en otro lugar”, expone Valeria Guerra. “Donde quiera que vaya, sus compañeros o la gente que la conozca van a tener una suerte increíble”, añade.