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Las restricciones por la pandemia asfixian al sector de la hostelería

La imagen de bares cerrados se prolongará en los próximos días ante la preocupante situación sanitaria que atraviesa Ronda. // CharryTV

Obligados al cierre total, los responsables de bares y restaurantes piden a las administraciones más recursos para asumir gastos de personal y suministros

María José García

“El día que veamos a un turista se nos van a caer dos lágrimas”. “En febrero hacemos 21 años, pero esta situación ni la crisis anterior”. “O entras en unos parámetros determinados o no te dan la ayuda. Si me quieres ayudar hazlo, y si no puedes di que el Estado no puede dar ayudas”. “Cerrar un negocio es un coste muy elevado, y más cuando se cierra en su totalidad”.

“No nos damos cuenta de que la gente necesita ayuda deban lo que deban. Si tienes un recibo pendiente no puedes. Señores, vamos a abrir los ojos, que ya están bien”. “Los empresarios no somos ogros, somos personas tan normales como el trabajador, pero hay un punto en que ya no puedes más, no es que no quiera pagarte, me gustaría pagarte, y más, pero no puedo”.

Son las voces del hartazgo, la rabia y la frustración de profesionales del sector de la hostelería, dos semanas después de que el gobierno de la Junta de Andalucía decretara su cierre, al igual que el resto de establecimientos dedicados a la actividad no esencial en Ronda, tras superar el umbral de los 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes. Una situación que, con toda probabilidad y dadas las cifras actuales, se prorrogará a partir del próximo sábado.

Los hosteleros no ven la luz al final del túnel y la mayoría prefiere sacrificar un determinado periodo, si este viene sucedido por otro en el que las circunstancias sanitarias permitan trabajar con relativa normalidad, y no volver a parar.

“Si nos eximieran de la cuota del autónomo, del pago de la Seguridad Social de los trabajadores, del IVA, y nos dieran ayudas directas el camino sería un poco más fácil, lamenta Ana Moreno, responsable del bar del Hotel Colón que este mes cumple 21 años de vida.

“Tenemos dos trabajadores en ERTE, somos dos autónomas y lo estamos llevando trabajando mucho, pero ya no es cuestión de trabajo. Ronda vive del turismo y no hay turistas, entonces cada vez es más difícil”, explica Moreno, al tiempo que razona: “No nos hemos sentado a echar números pero ya sabemos que las pérdidas son el 100%, en el momento en que cierras un negocio, no entra nada, y los gastos son los mismos, las pérdidas son el 100%, no hay que echar muchos números”.

“Por muy pequeño que sea un negocio, ¿quién tiene gastos fijos de menos de 1.000 euros? Nada más que de alquiler, luz, agua, seguros sociales,… Imagínate”, lamenta José Luis Pascual desde El Quinto Tramo, quien lamenta las dificultades que los empresarios encuentran a la hora de solicitar ayudas, que en muchos casos resultan insuficientes o son denegadas a quienes más las necesitan.

Pascual matiza: “Dicen que en Navidades hemos trabajado, no, perdona. Te hablo en mi gremio, en la hostelería se ha trabajado un 30%. Venimos arrastrando un año que se ha trabajado se habrá hecho como mucho un 50% con respecto a 2019”.

“El problema que nos estamos encontrando son las pausas que tenemos y las restricciones. Si hay que cerrar un mes, hago un esfuerzo, lo que haga falta, pero un mes. No un mes a medio gas, me das un caramelito que es la guadaña, porque estas pagando todos los gastos”, valora el responsable de El Quinto Tramo, y añade: “No podemos trabajar al 20% y pagar al 100%”.

“He estado hablando con la gestora por una ayuda nueva que ha salido y hemos comparado los semestres pasados. Estamos en una facturación de un 75% menos con respecto a años anteriores, estamos perdiendo mucho dinero pero no nos queda otra”, quien habla en esta ocasión es Flavio Lo Tartaro, gerente de La Vita É Bella, una pizzería que funciona estos días con repartos a domicilio. El negocio ha pasado de sus seis trabajadores habituales, nueve en verano, a tres: él, su mujer y su hermana.

“Soy partidario de cerrar 15 días más y cuando arranquemos arrancamos y se acabó. No se tiene que volver a cerrar más, si no va a ser un desastre”, coincide lo Tartaro.

Y en mitad de la tormenta también se escuchan testimonios para la esperanza. Es el caso de Juan Ríos, gerente de Tortyllaria, de reciente apertura en Calle Los Remedios: “El personal lógicamente está reducido. Ahora mismo estamos en Ronda y nos vamos adentrar en que Ronda nos conozca y disfrute con nosotros de nuestra pasión, que es la tortilla. Hay que agudizar el ingenio, marcar la diferencia, dar algo distinto que le motive al cliente a conocerte”.