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Pablo Gutiérrez: “Rocío Vázquez sembró en mí la semilla del baile”

En la imagen Gutiérrez baila frente al Palacio de Mondragón. // Paqui Laguna

En la imagen Gutiérrez baila frente al Palacio de Mondragón. // Paqui Laguna

El bailarín ha sido reconocido por el Conservatorio Profesional de Danza Mariemma de Madrid con el Premio Extraordinario Fin de Carrera en Danza Española

11 Sep 2021 - 10:16 // Charry TV Noticias

María José García

El rondeño Pablo Gutiérrez obtenía el Grado en Danza Española en el Conservatorio Profesional de Danza Mariemma de Madrid el pasado mes de junio y, durante el acto de su graduación vivió una sorpresa que suponía el reconocimiento a su esfuerzo los años anteriores. El equipo docente le concedió el Premio Extraordinario Fin de Carrera por su destacada trayectoria en el mundo del baile en el que el joven bailarín comenzó a formarse hace ya una década, primero en Sevilla y luego en la capital española.

“De niño hice un peregrinaje por todas las actividades extraescolares, cosa que agradezco a mis padres, y me llamaban la atención especialmente los Coros y Danzas, con las Galas Folklóricas. Intenté apuntarme a varias academias, pero no encontraba mi sitio, hasta que llegué a los coros, donde había un grupo de chicos, me sentí cómodo y me quedé”, relata Gutiérrez a Charry TV.

A la hora de enumerar a los maestros que han dejado en él una clara impronta, Pablo menciona en varias ocasiones la influencia de Rocío Vázquez: “Comencé con ella en los coros y Fue la que sembró en mí la semilla del baile porque yo la veía a ella desde que bailaba en el tablao del Museo Lara y me quedaba alucinado con su elegancia, con su gusto de bailar y después en sus clases, ella me ha transmitido ese amor por el baile y yo creo que también le viene por su madre, por Adela, que también es una amante del baile español”.

Gutiérrez también hace hincapié en lo que la capital española le ha aportado a su forma de concebir la danza: “En el conservatorio de Madrid he recibido valores como el esfuerzo, la constancia…, porque es algo que tiene que ser todos los días, no puedes dejar de bailar un año porque tu cuerpo tiene una forma física que hay que mantener, y también el tesón que hay que tener, la mente fría para no venirte abajo en un momento en que las cosas no salen como quisieras o no ves los resultados que te gustaría. Agradezco mucho, aparte de que hay docentes maravillosos en este conservatorio, que me hayan inculcado ese espíritu guerrillero”.

La puesta en escena, lo que Pablo llama “la hora de la verdad”, no es, sin embargo, el momento con el que el bailarín se queda desde que comienza a dar los primeros pasos de una coreografía: “Sin duda lo que más disfruto es el día a día, donde vas avanzando, vas consiguiendo cosas que no podías hacer, como pasar de una doble a una triple pirueta. El trabajo de estudio o de ensayo me resulta más reconfortante que el momento de la función, que también me gusta porque hay otra energía”.

Estos meses Gutiérrez se encuentra en un periodo de establecer contactos y darse a conocer entre profesionales del sector con los que aspira a colaborar: “Ahora mismo estoy como oyente en algunas compañías de Madrid, voy para aprenderme los bailes para que me conozcan los directores de compañías y coreógrafos, y para que, con suerte, pueda incorporarme a alguna de ellas”.

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