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La labor de un medio de comunicación debe ser informar desde la neutralidad. // CharryTV

Artículo de Opinión de Pablo Herrera

Empezar mis palabras en este espacio no debe ser de otra forma que agradeciendo el brindis que esta plataforma y Charry Televión me ofrece para expresar, en adelante, mi humilde opinión la cual, lejos de condicionar la particular de cada uno quisiera, al menos tímidamente, reflejar una forma de ver la realidad que nos rodea y la cual quizá refrende o de la que discrepe.

En cualquier caso, y aunque pueda parecer contradictorio, hoy quisiera referirme a los medios de comunicación locales. No se trata de valorar la profesionalidad o falta de ella en alguno de los casos; que hablan por sí sólo, sino que quisiera centrarme en la visión que como ciudadano percibo al ver los vaivenes de más de uno.

Al hablar de medio de comunicación entiendo, quizá equivocadamente, que se trata de un medio de difusión de los acontecimientos relevantes que ocurren en nuestra ciudad. Con esto vengo a referirme a acontecimiento que sean de una entidad suficiente y, por supuesto, sin atender al color o tendencia política al que representen.

Se supone que, pese a no ser cierto en el 90% de los casos, la labor de un medio de comunicación es INFORMAR para cuya labor debe ser inherente la presencia de la neutralidad y, por supuesto, una labor de investigación y contraste que, por desgracia, brilla por su ausencia en algunos de los medios de comunicación nacionales y, como no, rondeños.

Ejemplos significativos en Ronda tenemos de cortesanos; aquellos que lo mismo son capaces de defender al ángel y al demonio a la misma vez según les sople el viento o, mejor dicho, según quien le asegure una financiación de su medio con mayor contundencia.

De esta manera queda demonizado el original sentido del informador. Personas que pasan a ser marionetas del político de turno y se convierten en lo que más puede denigrar a la persona; vasallos que no entienden de principios, sólo de dinero.

De moda está Ronda… o estás conmigo o estás contra mí. En conclusión se trata de un ajuste de cuentas cual mafia de barrio que lucha por sobrevivir en un mundo donde la publicidad y las prácticas “legítimas” parecen tener cada día menos cabida.

Instrumentos del turnismo a los que no les preocupa la actualidad, la noticia ni la información más allá de obtener y preservar su cortijo indemne y para lo cual son capaces de todo.

Ojalá cada día se sumen más al periodismo de información y profesional para dejar a un lado los patios de vecinos en los que se han convertido más de un plató o redacción. Ese día, Ronda… será distinta. 

 Pablo Herrera